Ese
hombre era diferente, tenía una sonrisa diferente
Su piel congeniaba perfectamente con mis ojos,
A través de mis pupilas su cuerpo me parecía trasparente,
podía distinguir cada yaga que había dentro de él,
estaba lastimado, cargaba con un dolor inmenso
debajo de ese cuerpo frágil, pero su sonrisa alumbraba
mi cuarto obscuro, era admirable la fortaleza con la que vivía.
Era el ejemplo que necesitaba mi vida para seguir,
era esa cuerda de la cual jalaba para salir de la tormenta.
Ese hombre que de una manera que mis sentidos no entendían
me daba la fuerza de seguir adelante,
las ganas de ser el,
mostrar una sonrisa a pesar del dolor de las yagas.
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