Te convertiste en esa inspiración que llegaba cada mañana
en ese cosquilleo en el fondo de mi piel
En los momentos que escribía,
en el dolor más fuerte y la sonrisa más enorme
Eres esas madrugadas en las que me despierto a escribir
esa necesidad de un papel y una pluma,
te convertiste en el todo de mi nada
en el siempre de mis nuncas.

domingo, 5 de abril de 2015

19.- Humedo como el sudor.

Nadie tiene que saber lo que hacemos, que tus manos están en mi cuerpo
y nuestra ropa a un lado de las sabanas, escuchando una voz, sintiendo una piel
identificando tu aroma y sintiendo ese sudor que tanto me gusta cayendo en mi frente.
Todo se pone cada vez mejor, siempre comienza lento, pero termina duro, eres malo
pero siempre lo has hecho tan bien. Es como un enredo de tus brazos con los mios, quemando todo.

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