Nadie
tiene que saber lo que hacemos, que tus manos están en mi cuerpo
y nuestra ropa a un lado de las sabanas, escuchando una voz, sintiendo una piel
identificando tu aroma y sintiendo ese sudor que tanto me gusta cayendo en mi
frente.
Todo se pone cada vez mejor, siempre comienza lento, pero termina duro, eres
malo
pero siempre lo has hecho tan bien. Es como un enredo de tus brazos con los
mios, quemando todo.
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