Tus
ojos, si, tus pequeños ojos café obscuro,
con esas pequeñas pestañas negras,
junto conmigo reflejada en ellos,
Tus manos siempre,
esas manos que sostenían las mías,
que acariciaban mis mejillas
y que recorrían mi piel por completo.
Tu voz, ese tono de voz, tan tuyo,
tan diferente a todos,
esa voz que ansiaba escuchar cada mañana,
esa voz que a veces quería dejar de escucharla,
pero hoy quiero que vuela.
Tus labios por su puesto, pequeños, perfectos,
a la medida perfecta para juntarse con los míos
para besar mi frente, pero sobre todo
Tu Ausencia, eso es lo que más duele, porque
después de eso, las tardes son largas, y los recuerdos vienen
Y siempre, de alguna manera u otra termino, pensándote, recordándote,
extrañándote…
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